Aquí podrás encontrar los dos tipos de tratamientos de depilación más comunes, el que emplea la luz láser, y el que utiliza luz pulsada. Ambos funcionan básicamente de la misma forma, salvo por el hecho de que la luz pulsada tiene la capacidad de poder variar su longitud de onda, lo cual hace de que en pacientes con los pelos muy claros y el color de piel muy oscuro, se obtienen resultados mucho más efectivos que con la luz láser.
Pero aparte de este tipo de situación particular, con cualquiera de los dos se puede eliminar por completo el vello de la zona tratada y hacer que no vuelva a crecer nuevamente allí. Esto se debe a que las longitudes de onda características de éste tipo de luces le brindan la posibilidad de poder penetrar todas las capas de la piel sin dañarla en lo más mínimo, hasta llegar al folículo piloso. Una vez allí, lo inhiben totalmente impidiendo que vuelva a generar pelo, siendo los resultados obtenidos para siempre.
